ESCUELA
NORMAL SUPERIOR DE PASTO
ESTRATEGIA DE
INTERVENCION: “PROTAGONIZANDO
MI PROYECTO DE VIDA”
“Quien
tiene un por qué vivir, casi siempre encontrará el cómo” Nietzche.
Proyecto de Vida desde el enfoque Humano.
“Del bajo latín projectare,
la palabra <<proyecto>> designa la acción de <<lanzar hacia
adelante>>, y proiectus es el <<designio, intención o
pensamiento de ejecutar algo>>. El hombre, como todos los seres vivos,
está lanzado, pues, hacia el futuro y el proyecto remite a la acción en un
futuro deseado. J. A. Marina (1993; 1996) considera que el proyecto da forma al
propósito, contiene un objetivo, meta o fin que queremos alcanzar
y va a activar, motivar y dirigir la acción.
Si desde Freud
sabemos que el pasado existe actualmente en la persona, desde la teoría de la
autorrealización sabemos que el futuro también existe actualmente en la
persona, bajo la forma de ideales, esperanzas, planes, objetivos, potencialidades
no realizadas, misión, etc. (Maslow, A. 1993). Maslow (1993) cita a Allport,
para quien la planificación y programación del futuro son actividades
intrínsecas a una naturaleza humana saludable. Para R. Cohn, el aquí y
ahora, el sentido y el significado del presente resulta tanto de las experiencias
del pasado, como, y más aún, de la conciencia de las posibilidades del futuro (Quitmann,
H., 1989). Puede decirse también que el <<proyecto es una selección y conformación
de hechos pasados y presentes a la luz de una intención futura>>
(Guichard, J.,1995).
Existen dos modos de
anticipación: 1) Las acciones que apuntan a un producto, un objeto exterior al
agente, la poiesis, la obra, lo durable y acabado. 2) Las acciones
centradas sobre el proceso, que no persiguen otro objetivo que su propia
perfección a través del dominio de este proceso, la práctica, la praxis, la
acción que permanece continuamente en lo inacabado. Para Jean Guichard
(1995) todos los proyectos particulares de un individuo se muestran como
funciones de un proyecto fundamental: la manera que elige de estar en el mundo.
Entre el antagonismo
y la complementariedad de estas dos figuras, Csikszentmihalyi (1997) plantea
que cuando una meta importante se persigue con resolución y todas las actividades
diferentes se juntan en una experiencia de flujo organizada, el
resultado es que esa armonía se ha incorporado a la conciencia, es decir, los
sentimientos, pensamientos y acciones son congruentes entre sí. El propósito,
la resolución, y la armonía unifican la vida y le dan significado: vivir cada
momento tendrá sentido y la mayoría de ellos serán agradables.
Considerado el proyecto como la planificación
de la acción, es la representación de las acciones orientadas a la consecución
de metas. Por el término life-planing, Giddens entiende la adopción
estratégica de opciones de <<estilo de vida>>, organizadas en
términos de proyecto-de-vida del individuo (citado en Soldevilla, C., 1998).
Pero en las dos significaciones, el proyecto ofrece dar forma y significado a
la vida del individuo, y no puede eludir ni la cuestión del sentido de la existencia,
ni de la identidad (Guichard, J., 1995).
Precisa Guichard
(1995) que el proyecto es diferente del deseo, de la ensoñación o de una
intención vaga. También Boutinet (1993) lo diferencia de la conjetura
previsional, de la predicción adivinatoria y del futuro utópico. Tal como
indica Guichard supone una reflexión sobre: 1) el presente: ¿qué
valor le doy a la espera? ¿realmente tengo ganas de eso?; 2) el futuro deseado:
¿qué valor tiene el futuro? ¿lo que hoy deseo y me parece fundamental para mi
futuro, lo querré cuando entonces sea presente?; y 3) los medios necesarios
para su realización.
Así, desde un punto
de vista antropológico, Boutinet (1993) plantea que el proyecto oscila
alrededor de cuatro polos: 1) El polo biológico, que expresa una necesidad
vital, la creación opuesta a la repetición, conjura la esclerosis, inventa
nuevas formas de adaptación. 2) El polo existencial, como portador de sentido,
para conjurar el absurdo de las situaciones a través de la elaboración de
relatos míticos, épicos, trágicos, utópicos. 3) El polo cultural, que nos da la
posibilidad de innovar ya que acantonarse en el statu quo, puede ser
causa de marginalización. 4) El polo pragmático, que nos permite preparar para
regular la acción, la anticipación frente a la improvisación.
Desde el punto de
vista del desarrollo, si al principio se ve el mundo como un problema en el que
uno debe aprender a manejarse y más adelante se considera un lugar para vivir,
según Hall-Tonna (Bunes, M., y otros, 1993), en la fase de la autorrealización
la visión del mundo es la de un proyecto en el que uno debe participar,
y en la que el yo actúa y emprende de forma creativa, independiente y
consciente desde su necesidad de autorrealización. Para C. Paris
(1998) el ser humano podría definirse como animal proyectivo, como un ser que
con su razón y su libertad tiene que construir su vida, hacia la planificación
de su realidad.
Emergencia de una cultura de proyecto
Los grandes
humanistas decidieron que el hombre podría llegar a ser lo que quisiera y la
ciencia se convirtió en el instrumento preferido de la razón moderna; así, la
idea de proyecto quedó ligada al desarrollo de la Edad Moderna (Pinillos, J.
L., 1998). Pero en el final del vertiginoso cambio social de la modernidad,
Giddens ve en la tardomodernidad unas características en el mundo
interno personal y social, que podemos calificar como negativas (citado en
Soldevilla, C., 1998). Entre ellas: a) el secuestro de la experiencia subjetiva
(moral, estética y axiológica), como reverso de la hipertrofia cognitivo
instrumental derivada del conocimiento científico-técnico; b) el incremento de
las patologías de la personalidad, como <<inseguridad ontológica>>,
<<aislamiento existencial>> y <<pérdida de sentido
personal>>.
En el mundo externo,
social y económico, la globalización y la flexibilización del trabajo, las
innovaciones tecnológicas, la transición de una economía condicionada por la producción
industrial a una dominada por el sector servicios, el advenimiento de una civilización
comunicacional, han conducido a cambios en los patrones de empleo. Así, desde posiciones
críticas se denuncia el auge del empleo precario, temporal, peor pagado, el retroceso
del sindicalismo, el aumento de la exclusión en el mundo <<rico>>,
y la desestructuración de la sociedad y de los vínculos sociales.
En la postmodernidad,
con la ruina del paradigma productivista, se valora lo que está en el orden
de lo individual y lo singular, en ruptura con el universalismo; se valora lo borroso
y lo incierto en oposición a lo racional determinista. Con el desafecto a la
idea de progreso, el repliegue de la razón triunfante, la pérdida de
referencias y el borrado de los marcos de referencia estables del trabajo,
familia, y de las referencias ideológicas y religiosas, favorece la emergencia
de una cultura de proyecto (Boutinet, J.-P., 1993; 1995). Y en la confrontación a lo efímero que expresa el
proyecto, se puede tener el sentimiento difuso de que las cosas dependen por un
lado del compromiso del actor, y por otra, una cierta resignación nacida del
sentimiento compartido de que somos huérfanos de soluciones.
Pero Giddens también
ve otras características positivas que nos enclavarían en la postmodernidad,
tales como: a) la reconstrucción reflexiva de la identidad, con la emergencia de
una agencia de la subjetividad, actualizadora de la dimensión ética y estética,
mediante un proyecto de <<vida buena>>; b) el retorno a la moral,
proponiendo la necesidad de modelos de <<realismo utópico>>
comprensivos de lo que es una <<buena sociedad>>. La libertad de
los ciudadanos para construir su propio proyecto de vida nos acerca al ideal de
emancipación, la capacidad de decidir por uno mismo (Ramoneda, J., 1998). El
proyecto representa hoy la afirmación de un valor (Repetto, E., 1991).
Las coordenadas temporales del proyecto: memoria,
anticipación y presente.
El lenguaje conlleva
en sus verbos algún tipo de tiempo, y así, el mundo se percibe temporal. Los
hebreos concebían el tiempo primariamente en función del futuro, destacaban el
<<pasar>>; y los griegos lo concibieron en función del presente, el
intemporal <<estar>>, la <<presencia>> (Ferrater, J.,
1973). El proyecto se asocia en nuestra sociedad a la anticipación, en forma de
previsión, prospectiva, planificación. Y los tiempos vividos se corresponden
con una diversidad de tiempos que condicionan el tiempo psicológico; son el tiempo
psicosomático, crónico, biológico, histórico, lingüístico, sagrado (Boutinet,
J.-P.,1993).
Maslow (1993)
considera que la autorrealización no tiene sentido sin una connotación a un
futuro de actividad normal. El ser humano es capaz de anticipar ese futuro, que
no es una prolongación del pasado; supone una ruptura por medio de una
anticipación. Jung (1993b) considera que
no estamos determinados solo por el pasado sino también por el futuro, que está
preparado en nosotros desde largo tiempo atrás y que se va desarrollando hacia
fuera, lentamente.
Estas anticipaciones
pueden ser (Boutinet, J.-P., 1993): 1) de tipo adaptativo, tales como la previsión;
2) de tipo cognitivo, como la adivinación, la profecía, la predicción, la prospectiva,
la futurología; 3) de tipo imaginario como la utopía y la ciencia ficción; 4) o
de tipo operatorio como las anticipaciones que pretenden hacer del porvenir un futuro
deseado.
Estas anticipaciones
operatorias podrán ser (Boutinet, J.-P., 1993) de tipo determinista con un objetivo
o fin, o plan, o de tipo impreciso; podrán ser proyectos duros, que no admiten desviación
entre el tiempo de anticipación y el tiempo de realización, o proyectos blandos
que toleran un cierto juego de indeterminación.
La memoria y la
anticipación, el contraste entre el tiempo retrospectivo y el tiempo prospectivo,
deben ser articulados en el proyecto, sin olvidar que los dos tiempos son construcciones
mentales, es decir dos modalidades diferentes de aprehensión del momento presente
(Boutinet, J.-P., 1993). Este momento presente puede vivirse a su vez, en el
modo instantáneo o en el modo de la duración, pero solo existe concretamente
para nosotros la simultaneidad. La terapia de la gestalt establece el principio
del <<aquí y ahora>>, es decir el momento presente, ya que el
pasado ya no es y el futuro todavía no es. Desde este punto de vista, el hombre
tiene su futuro en su propio interior, dinámicamente activo en el momento actual,
y en este sentido el futuro puede tratarse como ahistórico (Maslow, A., 1993).
El proyecto es
indisociable de la acción que él prepara y comienza a realizar, y que permite
unificar la memoria y la anticipación de manera coherente, tomando el presente
como pivote (Boutinet, J.-P., 1993). Si la acción desde el punto de vista
psicológico es un comportamiento intencional, debemos decidir, elegir, excluir,
privilegiar, realizar, concretar, para evitar las constricciones del corto
plazo, el actor que proyecta debe constituir un horizonte temporal
suficientemente remoto para poder pensar en un espacio variable. Pero el tiempo
de creación, el tiempo de proyecto, es un gran consumidor de energías, lo cual
hace necesaria la alternancia, períodos sin proyecto, para el resurgimiento de
energías creativas. El tiempo de proyecto es una reanudación y tiene relación
con la figura de la espiral, que integra el modelo de la temporalidad circular
de la repetición, y el modelo lineal del cambio.
El proyecto está
ligado a la historia personal, ya que proyectar supone injertar lo inédito, lo
nuevo deseado, sobre un itinerario ya constituido (Boutinet, J.-P., 1993). De
ahí la necesidad de reconocer este itinerario, y para dar vida a ese capital de
experiencias, es pertinente recurrir a las historias de vida, las biografías
razonadas, las técnicas de balance.
Esto va a permitir
encontrarse con significaciones no descubiertas y potencialidades inexplotadas,
y también, extraer de esta experiencia las líneas de fuerza en torno a las
cuales se podrá gravitar el nuevo proyecto”
(ALBERTO ZUAZUA IRIONDO
Autorrealización y Proyecto de Vida en la Juventud)
"El
fruto con el que soñamos es inexorable.
Tenemos
que hacerlo, que producirlo, o no
vendrá
en la forma como lo queremos. Es
muy
cierto que no debemos hacerlo en
forma
arbitraria y sí con los materiales, con
lo
concreto de que disponemos y, además,
con
el proyecto, con el sueño por el que luchamos".
Paulo
Freire - Pedagogía de la Esperanza
QUE EL BIEN GERMINE YA..!
VICTOR
FRANKL.Durante
la Segunda Guerra Mundial atraviesa la experiencia más trágica de su vida: Su
aprisionamiento por más de 2 años en 4 campos de concentración nazi Auschwitz,
Dachau, Kaufering y Türkheim), donde morirían sus padres, hermanos, esposa (que
fue obligada a abortar) y amigos cercanos.
Esta experiencia dio origen a su libro
"El Hombre En Busca del Sentido" y permitió dar a conocer en
Europa y Norteamérica un nuevo tipo de Psicoterapia de orientación Humanista
Existencial que Frankl había venido desarrollando desde los años 30.
Sus Principales Aportes…Sobre El Sentido de
Vida:
Los seres humanos no son los que deben preguntar por el sentido de la vida,
sino la vida es quien a ellos debe responder, y la respuesta es una búsqueda
personal. Al sentido se llega por los valores, que Frankl clasifica en tres
grupos:
1. Valores Creativos: Buscar sentido
llevando a cabo los propios actos: proyectos, tareas o trabajos. Incluyen la
creatividad en el arte, música, escritura, invención y demás.
2. Valores Vivenciales: Es la acogida pasiva
del universo. Vivenciar algo o a alguien. Los valores de relación con el otro,
sea ese otro el mundo, otra persona o una relación con Dios. Aquí se podrían
incluir las experiencias estéticas como ver una buena obra de arte o las
maravillas naturales. Pero la vivencia más importante es la de experimentar el
valor de otra persona, a través de la afectividad.
3. Valores de Actitud: La tercera vía de
descubrir el sentido es cuando sólo se puede elegir la actitud ante lo que
presenta el destino. Ante todo es la actitud ante el sufrimiento, la culpa o la
muerte, a las que Frankl llama la triada trágica. Frankl sostiene que el
sufrimiento es inevitable por ser parte de la vida, pero que cada uno tiene la
libertad de elegir siempre su actitud frente al sufrimiento. El sufrimiento no
debe buscarse y debe afrontarse sólo al ser inevitable. La actitud
correcta de afrontamiento y
aceptación ante el sufrimiento engrandece, fortalece, templa y da riqueza a la
vida humana. Incluso el enfrentamiento a lo irreversible de la muerte
puede finalmente dar sentido a una vida,
al mostrarle y separar lo verdaderamente importante de lo trivial en su existencia.
LEV VIGOTSKY. Los Proyectos de Vida
-entendidos desde la perspectiva psicológica y social- integran las direcciones
y modos de acción fundamentales de la persona en el amplio contexto de su
determinación-aportación dentro del marco de las relaciones entre la sociedad y
el individuo. (D’Angelo, O., 1994,7). Son estructuras psicológicas que expresan
las direcciones esenciales de la persona, en el contexto social de relaciones
materiales y espirituales de existencia, que determinan su posición y ubicación
subjetiva en una sociedad concreta.
El Proyecto de Vida es la estructura que
expresa la apertura de la persona hacia el dominio del futuro, en sus
direcciones esenciales y en las áreas críticas que requieren de decisiones
vitales. De esta manera, la configuración, contenido y dirección del Proyecto
de Vida, por su naturaleza, origen y destino están vinculados a la situación social
del individuo, tanto en su expresión actual como en la perspectiva anticipada
de los acontecimientos futuros, abiertos a la definición de su lugar y tareas
en una determinada sociedad.
La noción de Situación social de desarrollo (SSD),
ofrece una posibilidad de comprensión de la formación del PV a partir de la
“posición externa” del individuo y la configuración de su experiencia personal,
en la que se estructuran los siguientes componentes en sus dinámicas propias:
las posibilidades o recursos disponibles de la persona, el sistema de
necesidades, objetivos, aspiraciones, las orientaciones (o actitudes) y valores
vitales de la persona, todos enmarcados en un contexto social múltiple y
concreto, que necesita ser considerado en todas sus especificidades y
relaciones, así como en su dinámica.
TRABAJO EN EQUIPOS
1. Lectura
reflexiva del documento, explicación de 5 de las afirmaciones subrayadas
citando su autor/a.
2. Construcción
de un Proyecto de Vida Personal con enfoque Social. Teniendo en cuenta el
siguiente esquema:
3. Con la información anterior y en compañía de una persona de tu
confianza, atrévete a construir un PARALELO: METAS - - - VALORES
CORRESPONDIENTES.
4. Precisa elementos del Proyecto de Vida en las siguientes dimensiones:
FISICA – ECONOMICA – PROFESIONAL – FAMILIAR elaborando un esquema creativo.
5. Proyecta tu vida en la Dimensión
Afectiva Sexual. En acuerdo a los Derechos Sexuales y Reproductivos estudiados,
tomando como referencia la película “No mires para abajo” del cineasta Eliseo
Subiela, realiza una ppt con tu equipo de trabajo en el que incluyas los DHSR y
reflexiones importantes sobre la película, además de testimonios, mitos,
cuestionamientos sobre el complejo mundo de la sexualidad humana en nuestro
contexto actual.
HALO COMO LOS MEJORES.
M A N O S
A L A O B R A..!