DOCUMENTO DE APOYO
TEORIA
PSICOSEXUAL
Sigmund Freud ha sido el primer hombre de ciencia que ha enfrentado
sistemáticamente el estudio de lo inconsciente y de su dinamismo, con el
propósito de poner las bases de una doctrina coordinada y de un sistema
terapéutico. El fundador del psicoanálisis nació el 6 de mayo de 1856 en
Friburgo y a los 4 años su familia se traslada a Viena.
A los 25 años se gradúa de médico y a los 29 ya es profesor de la Facultad de
Neuropatología. En 1900 publica su obra sobre la interpretación de los sueños.
En 1904, "psicopatología de la vida cotidiana". A ello le siguen una
gran cantidad de obras, entre las que se destacan "Tótem y Tabú"
(1913) "introducción al psicoanálisis" (1917), "Psicología de
las masas y análisis del yo" (1921), etc. Muere el 23 de septiembre de
1939.
Desarrollo Psicosexual de la Personalidad.
Como psiquiatra y neurólogo, Freud estudió básicamente en pacientes que
padecían fobias y al no encontrar sintopatología física, enfocó su dirección
hacia la parte psíquica del sujeto, tratando de entender estos trastornos de la
personalidad, le llamó la atención la frecuencia con que hallaba en sus
pacientes aspectos infantiles. La persona podía ser muy inteligente, adulta y
aparentemente madura, pero igual exhibía rasgos infantiles cuando los iba
conociendo más profundamente.
Esto lo llevó a plantear la hipótesis de que las tendencias infantiles se
convierten en rasgos permanentes de la personalidad del adulto. Dicho de otro
modo, los rasgos principales de la personalidad se establecen en la infancia y
la niñez temprana, tanto en el desarrollo normal como en el anormal en el
primer caso, las características se expresan de forma moderada y en armonía con
el resto de la personalidad, sin causar conflictos con el medio. En el desarrollo
anormal, los rasgos infantiles crean muchos problemas porque se expresan muy
primitivamente, produciendo conflicto en el sujeto y desaprobación social.
El desarrollo del niño como individuo es un proceso continuo que se inicia con
su nacimiento, caracterizado por un crecimiento a nivel físico, emocional,
motivacional, e intelectual. En este proceso pueden distinguirse ciertas etapas
que Freud denominó "psicosexuales", por que atribuyó al sexo un rol
central en el desarrollo y crecimiento del niño.
Para Freud, el motivo principal de la vida, manifestado desde nuestra más
tierna infancia, es la búsqueda del placer. El niño busca aquello que le
resulta agradable y evita aquello que le resulta doloroso. Este proceso
búsqueda-evitación se da de diversas maneras, durante toda nuestra existencia.
En la base de este proceso se encuentra la LIBIDO, verdadera energía sexual que
nos hace movernos en dirección de lo placentero. Nótese que la noción de
"sexo" trasciende mucho más que la mera relación coital o la
diferenciación hembra o macho. Más bien, esos son resultados de la dirección
que toma nuestra Líbido.
En los diversos periodos o etapas por las que atraviesa el niño en su
desarrollo se hacen dominantes determinadas necesidades específicas (físicas,
intelectuales, emocionales, etc.) que se relacionan con diversas zonas
específicas del cuerpo : ano, órganos genitales; zonas en que los adultos
representan los lugares de placer y tensión sexual y que en los niños se
manifiesta de modo rudimentario, percibido sólo como sensaciones agradables o
placenteras.
Los niños no saben que esas sensaciones tienen un origen sexual , sólo las
sienten. Sobre la base de estas zonas particulares que se convierten en centros
de placer sexual, Freud delineó cuatro etapas de desarrollo sicosexual : ORAL,
ANAL, FALICA, GENITAL.
Las tres primeras y que son más importantes, concurren durante los cinco o seis
primeros años de vida, de tal modo que las diferencias individuales de los adultos
se conforman durante este período, marcadas fuertemente por los progenitores.
Etapa oral :
Se desarrolla durante el primer año de vida. La fuente principal de placer,
conflicto y frustración se centra en la boca en tanto zona erógena.
El niño obtiene su mayor placer en chupar , mascar , morder o vocalizar , pero
estas actividades no tardan en ser reprimidas o controlada por los padres. Por
ejemplo, la madre se enoja cuando el bebé se chupa el pulgar, o muerde algún
juguete que puede estar sucio; o vocaliza en lugar de dormir; o juega con su
alimento en lugar de comerlo. Puede ocurrir también que la madre no quiera
amamantar a su hijo o lo haga de mala gana, todo lo cual es fuente de conflicto
o frustración para el bebé.
El modo en que las necesidades que le surgen al niño son satisfechas o
reprimidas durante este período, marca la formación de rasgos específicos de la
personalidad tales como: dependencia, pasividad, pesimismo, tendencia excesiva
a la actividad oral (fumar y hablar locuaz ).
Etapa anal:
Se caracteriza por el desplazamiento de la zona erógena que pasa de la boca al
ano. Se extiende mas o menos desde los 18 meses hasta los tres años de vida,
época en que coincide con el entrenamiento higiénico, lo que hace que el niño
centre su atención en la actividad anal; parece sentir un gran placer en el
hecho de acumular su material fecal (retener ) o expulsarla ( dar). Esta
situación lo pone en conflicto con los padres, porque estos empiezan a exigir
que se ejecuten estos actos de acuerdo a ciertas normas (horario, lugar, etc.).
para esto, la madre emplea ciertos recursos como castigar y regañar al niño,
sobornarlo con premios, elogiarlos y acariciarlo "si hace las cosas
bien". El niño, por su parte, descubre que puede manejar a sus padres e ir
afirmando su independencia, negando su cooperación, no respetando horarios ni
lugares y convertirse en rebelde y obstinado. Aprende a decir "no".
El siente sus excrementos como algo personal y valioso, puesto que a través del
proceso dar-retener (las heces) va afirmando su autonomía e dependencia (ya que
son algo que sale de él , son producidos por él ).
Por otro lado, inicia el proceso de descubrimiento de su cuerpo y como los
padres enfatizan la limpieza de la zona anal, la curiosidad del niño se centra
allí. Empieza a tocarse, a mirarse y a mirar a los otros, en lo posible. Esto
esta asociado a los tabúes y las prohibiciones respecto a esa zona del erotismo
anal, por lo que a la vez que placentero, se convierte en fuente de conflicto y
bastante frustración.
Los rasgos de personalidad que pueden formarse en esta etapa son: la
obediencia, obediencia excesiva, desafío, rebeldía, puntualidad, limpieza
extrema, perfección y avaricia.
Etapa Fálica:
La penúltima de las etapas inmaduras del desarrollo psicosexual va desde los
tres a los cinco o seis años de edad y está determinada por el desplazamiento
de la zona erógena, del ano a los genitales. A los tres años, la exploración
del cuerpo es más sistemática y cuidadosa y los intereses del niño se vuelven a
los genitales y a los placeres asociados con su manipulación, y exploración de
los genitales de otros niños.
Al igual que en las etapas anteriores, en esta se desarrolla un conflicto entre
la curiosidad del niño por sus órganos sexuales y la actitud de censura de los
padres y de la sociedad respecto a la sexualidad.
Si el franco anhelo de estimulo de los genitales, de curiosidad sexual y de
contacto sexual o genital con otros se ve severamente frustrado a causa de
sentimientos y temores de los propios padres, el niño vive una situación de
profundo conflicto que puede generar una fijación. Por otro lado, una actitud
extremadamente complaciente puede crear en el niño una importancia exagerada de
la sexualidad genital.
Surge en esta etapa el complejo de Edipo, que consiste en que el niño
desarrolla un afecto sexual hacia su madre y ve a su padre como un rival,
produciéndole una serie de sentimientos encontrados y ambivalentes porque, por
un lado, el padre es modelo de virilidad y superioridad y, por otro, se
convierte en un ser temido y odiado porque lo puede castrar por sus
sentimientos hacia su madre ("ansiedad de castración").
Si el desarrollo es normal, el niño abandona estos deseos amorosos y termina
asumiendo la función masculina más parecida a su padre. En cambio, si hay
demasiada condescendencia o frustración, puede generarse en el niño graves
conflictos con consecuencias a largo plazo.
En el caso de la niña, este proceso de "enamoramiento" se da hacia el
padre y se denomina "complejo de Electra". Su conflicto con la madre
rival por un lado, madre amorosa y modelo de feminidad por otra y sobre todo la
responsable de su carencia de pene. Según Freud , este es el punto de origen de
los sentimientos de inferioridad de las mujeres respecto de los hombres.
Este periodo de "enamoramiento platónico" simboliza la atracción por
el sexo opuesto y por ello se trata de un periodo especialmente delicado y
fuertemente influyente en la futura personalidad adulta. Los rasgos
formacionales de esta etapa son: autobservación , amor propio, relaciones con
los demás, aceptación o rechazo de los roles masculino o femenino, problema de
autoridad, homosexualidad latente o patente.
Desde los 6 a los 11 o 12 años se produce un período de "latencia"
que no representa una etapa psicosexual, sino que de consolidación y afirmación
de rasgos y habilidades adquiridos en las etapas anteriores.
Etapa Genital:
Se desarrolla durante la pubertad y constituye el último período significativo
de desarrollo de la personalidad . Igual que en la etapa fálica son los órganos
sexuales las zonas erógenas fundamentales . Pero, en la primera, la sexualidad
es primitiva y rudimentaria, centrada sobre todo en el individuo mismo, en
tanto que en la etapa genital, la sexualidad alcanza madurez y se hace
heterosexual. De hecho, el término " genitalidad" tiene un
significado muy particular en Freud. En sentido restringido, comprende la
potencialidad sexual y el orgasmo, pero en un sentido más amplio, es la
masculinidad y la feminidad plenamente desarrolladas, es decir, lo que se
designa como madurez personal.
En este período, el adolescente aumenta su vigor y energía sexual y se
concentran en miembros del sexo opuesto. Empiezan a "probarse" en su
capacidad de amar y trabajar para que esto pueda desarrollarse eficazmente . El
individuo debería poseer todos los rasgos de las etapas anteriores, pero en
forma moderada .
Algunos rasgos propios de esta etapa genital podrían ser: la capacidad de
socialización e integración , progresiva satisfacción de sí mismo tendencia a
ir resolviendo los conflictos contradictorios de su personalidad, capacidad y
confianza en lo que hace.
Estructura de la personalidad.
Para Freud, la personalidad es un sistema dinámico de energías constituido por
tres factores básicos : Ello , Yo y Súper Yo.
Cuando el niño nace es una masa de instintos e impulsos que tienden a su
inmediata satisfacción, sin ninguna conciencia de la realidad objetiva. Por
ejemplo, el niño siente hambre y llora para satisfacerla, sin importar si en
ese momento puede o no ser alimentado. Todas estas "pulsiones" innatas
constituyen el ELLO, la parte más primitiva e inconsciente de nuestra
personalidad. Poco a poco, el contacto que el niño tiene con el mundo que lo
rodea ( su familia) va produciendo en él la "conciencia "(darse
cuenta) y una parte de ese ELLO se modifica surgiendo el YO, una parte del cual
entra en contacto con la realidad exterior .
Con el transcurso del tiempo, el YO adquiere algunas normas de cultura:
hábitos, valores, prohibiciones, etc.; principalmente por medio de lo que
aprende de los padres en los primeros años de su vida. estas normas se
incorporan al niño sin que él se dé cuenta de este proceso , formándose así el
SUPER YO ; el cual se convierte en nuestra parte moral y censuradora, vigilante
de los actos del YO (lo que hacemos) y en permanente confrontación con el ELLO.
Por otro lado, el ELLO es de tipo inconsciente (específicamente subconsciente),
es decir, habita en nosotros sin que nos demos cuenta, la mayor parte del
tiempo y, menos aún que podamos controlarlo. De hecho, el ELLO está formado por
nuestros instintos más primitivos (agresivos y sexuales) y todos nuestros
deseos reprimidos. Rara vez estas fuerzas se hacen concientes en nosotros, pero
algunas veces, logran franquear las barreras que el resto de nuestra
personalidad le pone (SUPER YO) y aparecen en forma distorsionada (por ejemplo
tengo una tendencia agresiva, pero como mi conciencia y mi moral no permiten
ser agresiva, canalizo esta fuerza en un deporte violento), o bien, se
manifiesta en nuestros sueños, donde aparecen nuestros deseos reprimidos, pero
"disfrazados" en forma simbólica. De ahí la necesidad de
interpretarlos (por ejemplo: odio a mi padre por que me castiga y sueño que
derribo un árbol. El árbol puede simbolizar al padre).
El ELLO se guía "principio del placer",por que es ciego frente a las
reales condiciones del medio sólo busca su satisfacción y evitación del
displacer. A pesar de estar oculto en las profundidades de nuestra psiquis,
Freud lo consideró como el generador de la energía, es decir, el motor impulsor
de nuestras acciones, ya que en el ELLO se encuentra la libido.
El YO se compone de elementos conscientes (darnos cuenta de la realidad
tanto objetiva como subjetiva); preconsientes (recuerdos y aprendizajes
que no son conscientes, pero que pueden llegar a serlos rápidamente);
Inconscientes (el YO se angustia frente a las demandas del ELLO o frente a
la extrema censura del SUPER YO y reacciona mediante " mecanismos de
defensa"). El YO es la parte más externa de nuestra personalidad y se rige
por el principio de realidad, que es la verificación de la realidad objetiva (
por ejemplo: el ELLO me envía la pulsión :" siento hambre"; mi YO
verifica si en realidad puedo o no puedo satisfacer mi hambre en ese momento.
Si no puedo, mi SUPER YO entra a censurar el mandato del ELLO).
El SUPER YO que resulta de la introyección o interiorización de los valores,
normas de conductas y prohibiciones familiares (aprender a usar el servicio de
la meza , no comer con la mano ,deberle respeto a los mayores, prohibiciones
sexuales , afecto a la familia, etc.) se sitúa entre el preconciente y el
subconsciente y cumple la función de censura de los deseos del ELLO y "
buena conducta" del YO .
(Basado en: textos recomendados).
Etapas de desarrollo de Erikson
Las etapas
de desarrollo de Erikson refieren a una serie de crisis (dispuestas
mediante polaridades) que se plantean a lo largo de la vida de cada ser humano.
Las ocho etapas descriptas por el autor, contendrán una serie de tareas que
serán necesarias resolver para pasar con éxito al escalón siguiente. En la
medida en que no se resuelvan satisfactoriamente cada una las crisis; las tareas
de las etapas siguientes se verán dificultadas, al igual que el desarrollo
psicosocial de quien la transita.
Veamos
cada una de las etapas:
- 0 a 1 año. Confianza versus
desconfianza. Un
niño que recibe cuidado amoroso de sus padres, podrá desarrollar confianza
en el mundo que lo rodea; pero si lo que prima son las carencias, lo más
probable es que la desconfianza y el temor al mundo externo reinen para el
pequeño.
- 2 a 3 años. Autonomía versus duda.
El autocontrol y la seguridad en sí mismo es el aprendizaje prioritario de
esta etapa. Cuando los demás son exigentes y/o sobreprotectores, el niño
muy posiblemente dudará de sí mismo y de sus posibilidades de
independencia.
- 4 a 5 años. Iniciativa versus
culpa. Cuando al niño no se lo apoya para tomar sus propias
decisiones, o se lo avergüenza en sus iniciativas; podrá experimentar
culpa y desgano.
- 5 años a la pubertad. Laboriosidad versus
inferioridad. A esta edad el niño comienza la escolaridad, se interesa
por las tareas y por compartir experiencias. Criticas duras en esta etapa,
o una falta de incentivo por parte de los padres y la escuela, pueden
llevarlo a desarrollar fuertes sentimientos de inferioridad.
- Adolescencia. Identidad versus
inferioridad. El logro de la identidad es la tarea fundamental de este
momento. La guía y apoyo del medio, es fundamental para evitar la
confusión sobre el sí mismo.
- Adultez temprana (21 a 40 años
aproximadamente). Intimidad versus aislamiento. El logro de la
identidad y la seguridad en sí mismo, permiten que una persona pueda
intimar y comprometerse con una pareja.
- Edad media (40 a 60 años
aproximadamente). Generatividad versus estancamiento. En esta
etapa, la tarea principal consiste en volcarse hacia los demás para
brindar guía y ejemplo. Cuando la crisis no puede resolverse las personas
se vuelcan hacia sí mismas y viven del pasado.
- Adultez tardía. Integridad versus
desesperación. En esta etapa una de las tareas principales es aceptar
la idea de la muerte; al igual que lo malo y bueno que se ha vivido.
Las
etapas de desarrollo de Erikson ofrecen una visión integral que nos sirve de
guía para nuestro camino.
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